Trabajo no desperdiciado

El trabajo secular no es un desperdicio cuando glorificamos a Cristo en nuestra jornada laboral de ocho a cinco. La voluntad de Dios en esta era es que las personas se esparzan como la sal y la luz en toda legítima vocación. Su objetivo es ser conocido, porque conocerlo a Él es conocer la vida y el gozo. No nos llama a dejar el mundo. No elimina la necesidad de que trabajemos. No destruye a la sociedad y la cultura. Por medio de sus santos esparcidos en el mundo derrama la pasión por su supremacía en todas las cosas para gozo de todos los pueblos. Si trabajamos como lo hace el mundo, desperdiciaremos la vida, sin importat cuán ricos podamos llegar a ser. Pero si nuestro trabajo crea una red de relaciones redentoras y se convierte en adorno para el evangelio de la gloria de Cristo, nuestra satisfaccion durará por siempre y Dios será glorificado en nuestro gozo. - J. Piper (Libro: No desperdicie su vida)

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