Las 4 reglas de la buena comunicación según Efesios 4:22-29.


Introducción:
Vs 22-24. “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente,
 y vestíos del nuevo hombre,t creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”
 Hay cosas que hay que dejar y cosas que hay que admitir. Nosotros no ganamos la victoria solo dejando de hacer cosas sino haciendo otras también. Nosotros no estamos detrás de cambios de conducta sino de cambios del corazón. La primera mitad del trabajo “hay que despojarse” y la segunda mitad es “renovarse en el espíritu de nuestra mente(corazón)”
Hay dos cosas importantes:
-El problema de nosotros no se resuelve reparando o arreglando, se resuelve sustituyendo. Dice “creado”. Nuestro problema se resuelve cuando nos cambien el corazón. Hay un viejo hombre, la mecánica del cambio es que tiene que ser renovado.

En base a ese mismo pensamiento el apóstol Pablo presenta 4 principios para una buena comunicación en el proceso de santificación progresiva:
1.)    Para lograr una comunicación bíblica debemos aprender a hablar la verdad.
Vs 25. “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros”.  Esa comunicación no es suficiente con desechar la mentira, hay que hablar la verdad. Es un imperativo. Hay que comunicar la verdad para poder resolver.
Vs 15. “ sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,”El punto es hablar pero con amor, saber decir la verdad(1 Pedro 4:8, Prov. 10:12) Comunicar la verdad en amor. No habrá buena comunicación si lo que uno hace es ignorar el problema. Aquí en el original se refiere a que haya exactitud de lo que se dice. Ni se minimiza, ni se maximiza. Esas palabras extremas violan la regla de la verdad. Ej: “siempre”, “nunca”.

2.)    Nosotros podemos desarrollar una buena comunicación bíblica cuando aprendemos a enfrentar los problemas a tiempo. Vs 26-27. “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.” La única ira bíblica es cuando se trata de la gloria de Dios. En el 99.999 % de los casos no es de ira bíblica que se esta hablando. Hay conflictos que se presentan en un día que Dios espera de nosotros que se resuelvan ese día. La presencia de problemas no resueltos indica que se están acumulando y crea desanimo, amargura, resentimiento y odio. Todo esto crea el terreno para crear conflictos subsecuentes. Satanás toma ventaja de esto. Son como ventanas en el corazón que dejamos abiertas. Nuestros propios pensamientos nos aceleran el proceso. En la buena comunicación debe haber un pacto de diligencia. El punto es la actitud de enfrentar las dificultades. El 65% de los problemas son cosas acumuladas del pasado. 6 preguntas que nos podrían ayudar:
a) ¿Tengo yo toda la información correcta acerca del hecho?
b) ¿Puedo yo cubrir esto con el amor?
c) ¿Tengo yo una actitud correcta?
d) ¿Es el momento adecuando para hablar?
e) ¿Son mis palabras propicias para la reconciliación?
f) ¿He orado yo lo suficiente pidiendole a Dios que me ayude?


3.)    Debemos atacar al problema y no a la persona. Vs 29. ‘Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.”’ ¿Cómo eso se evidencia? Faltandole el respeto a la otra persona. (Es algo inaceptable). La razón por la que resolvemos estos problemas es porque nos amamos. No palabras descompuestas, atacando el honor de la otra persona. Si no “palabras que edifiquen”. Que la persona entienda, las palabras deben ser dirigidas para aclarar.

4.)    Hay que actuar y no reaccionar. El asunto no es la carne, es el espíritu. Vs31-32. “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.  Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” En vez de amargura, trayendo a la memoria la ofensa del otro, dice el texto “perdonándoos unos a otros” Cuando hay culpa sella en esencia la naturaleza del caso. Romanos 12:17-21. Nunca podrás vencer el mal con el mal.

Esto fue la última sesión del modulo de consejería bíblica llevado por el Pastor Luis Méndez en IBG. 

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