La Ignorancia Garantiza la Impiedad

Por John Piper 

“Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.” (2 Pedro 1: 3)

Estoy sorprendido del poder que la Biblia atribuye al conocimiento.

Escuche nuevamente a 2 Pedro 1: 3: "El poder divino [de Dios] nos ha concedido… todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, a través del conocimiento de aquel que nos llamó a su propia gloria y excelencia".

Literalmente, ¡todo el poder disponible de Dios para vivir y ser piadoso proviene del conocimiento! ¡Asombroso! ¡Qué gran importancia debemos poner en la doctrina e instrucción de las Escrituras! La vida y la piedad están en juego.

No es que el conocimiento garantice la piedad. No es así. Pero parece que la ignorancia garantiza la impiedad. Porque, dice Pedro, el poder divino que conduce a la piedad se da a través del conocimiento de Dios.

Aquí hay tres implicaciones, una advertencia y una exhortación.

1. ¡Lee! ¡Lee! ¡Lee! Pero ten cuidado de perder tu tiempo en espuma teológica. Lee ricos libros doctrinales sobre "el que te llamó a su gloria y excelencia".

2. ¡Medita! ¡Reflexiona! Ve más despacio. Tómate tiempo para pensar sobre lo que significa la Biblia cuando la lees. Haz preguntas. Escribe un diario. Déjate ser humildemente turbado por cosas desconcertantes. Las ideas más profundas provienen de tratar de ver la raíz unificadora de dos ramas aparentemente antagónicas en el árbol de la verdad.

3. Discute. Discute. Sé parte de un pequeño grupo que se preocupe apasionadamente por la verdad. No es un grupo al que solo le gusta hablar y plantear problemas. Pero un grupo que cree que hay respuestas bíblicas a problemas bíblicos, y se pueden encontrar.

Advertencia: "Mi pueblo fue destruido por falta de conocimiento" (Oseas 4: 6). "Tienen celo por Dios, pero no según el conocimiento" (Romanos 10: 2). Así que ten cuidado con los efectos mortales de la ignorancia.

Exhortación: "Conozcamos, pues, esforcémonos por conocer al Señor." (Oseas 6:3).