Lo que ata las manos de amor
por John Piper
Damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, orando siempre por vosotros, al oír de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis por todos los santos, a causa de la esperanza reservada para vosotros en los cielos¨ (Colosenses 1:3-5)
El Problema con la iglesia de hoy no es que hay demasiadas personas que están enamoradas apasionadamente del cielo. El problema no es que los cristianos profesantes se están alejando del mundo, pasando la mitad de sus días leyendo la escritura y la otra mitad cantando acerca de su placer en Dios mientras que están indiferentes a las necesidades del mundo.
El problema es que los cristianos profesantes estan pasando diez minutos leyendo la escritura y la mitad del día haciendo dinero y la otra mitad disfrutando y planeando en que lo van a gastar. No es una mente celestial que obstruye el amor. Es una mente mundana que obstruye el amor, aun cuando se disfrace con una rutina religiosa en el fin de semana.
¿Donde esta la persona cuyo corazón esta apasionadamente enamorada con la promesa de gloria en el cielo que se siente como un exiliado y un extranjero en la tierra? ¿Donde esta la persona que ha saboreado la belleza de la era a venir que los diamantes de este mundo se ven como mármol, y el entretenimiento del mundo es vacío, y las causas morales del mundo son muy pequeñas porque no tienen en vista la eternidad?¿Donde esta esa persona?
El no esta atado al internet o comiendo o durmiendo o bebiendo o en fiestas o pescando o navegando o perdiendo el tiempo. El es un hombre libre en una tierra extranjera. Y su única pregunta es: ¿Como puedo maximizar mi gozo de Dios por toda la eternidad mientras estoy en el exilio en esta tierra? Y su respuesta es siempre la misma: haciendo las labores de amor.
Solo una sola cosa satisface el corazón cuyo tesoro esta en el cielo: hacer la obra del cielo. Y el cielo es un mundo de amor! No es las cuerdas del cielo que atan las manos de amor. Es el amor al dinero y al ocio y a la comodidad y a los elogios -estos son las cuerdas que atan las manos del amor. Y el poder para cortar estas cuerdas es la esperanza cristiana.
Lo digo de nuevo con toda la convicción que reside en mi: no es una mente celestial que obstaculiza el amor en esta tierra. Es una mente mundana. Y por lo tanto la gran fuente de amor es la confianza poderosa y liberante de la esperanza Cristiana.
El Fruto de la esperanza: Amor.
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