Por qué cedes ante el pecado sexual
Por qué cedes ante el pecado sexual Por John Piper Hazme oír gozo y alegría; que se regocijen los huesos que has quebrantado... Restitúyeme el gozo de tu salvación, y sostenme con un espíritu de poder. (Salmo 51: 8, 12) ¿Por qué David no clama por restricción sexual? ¿Por qué no está orando para que los hombres lo hagan responsable y lo hagan dar cuenta? ¿Por qué no ora por ojos protegidos y pensamientos libres de sexo? En este salmo de confesión y arrepentimiento tras esencialmente haber violado a Betsabé, usted esperaría que David pidiera algo así. La razón es que él sabe que el pecado sexual es un síntoma, no la enfermedad. La gente da paso al pecado sexual porque no tiene plenitud de gozo y alegría en Cristo. Sus espíritus no son firmes y establecidos. Ellos vacilan. Son atraídos, y ceden porque Dios no tiene el lugar supremo en sus sentimientos y pensamientos que debería. David sabía esto de sí mismo. Es verdad sobre nosotros también. David nos está mostrando, por